Los bosques han quedado relegados al mundo rural, donde los ciudadanos no tienen apenas contacto con ellos y los parques urbanos son la única alternativa cercana para disfrutar de la “naturaleza”. El objetivo principal de este proyecto es cubrir la necesidad de naturaleza en la ciudad, para ello, se van a introducir una serie de bosques urbanos que conformarán una red dentro de la Infraestructura verde urbana. Pero este no es el único objetivo, se trata de conseguir una serie de beneficios directos como la creación de refugio de especies, el filtrado del aire urbano y del agua de escorrentía, revertir la impermeabilización de dicha superficie, el efecto sombra y un mejor confort (reducir temperatura y aumentar humedad), la estética del espacio, compensar el déficit de naturaleza, etc.
El primer paso consiste en crear el primer bosque urbano, y para ello, se ha elegido un lugar atractivo, desde el punto de vista cultural y arquitectónico, con un fuerte carácter de innovación y apuesta por las nuevas tendencias ambientales como es el Matadero de Madrid. Este es el momento, no podemos dejarlo pasar, la transformación comienza por revertir el escenario que ha dejado el Covid-19 e impulsar el medioambiente urbano para fortalecernos y hacernos más resilientes. Este proyecto es la primera semilla que queremos sembrar para comenzar a cambiar no solo el aspecto sino también el espíritu de nuestras ciudades.
BREVE DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO
Planteamos un bosque de 300 m2 (ampliables) según el método Miyawaki con una combinación estratificada de especies autóctonas. La característica principal es que se trata de un bosque con una alta densidad por m2, donde se lleva a cabo una mejora del suelo para fomentar un crecimiento más saludable de las especies. El resultado es un bosque denso donde las especies de fauna ven un refugio y para los ciudadanos supone un sumidero de carbono y de fijación de partículas contaminantes que, además, gestiona la escorrentía comportándose como una esponja. El diseño del espacio puede contemplar diferentes formas que se adapten al entorno, aportando algún sendero de paso que permita disfrutar de los estímulos de encontrarse en el interior de un bosque natural en medio de un núcleo metropolitano como es Madrid.